Título: El Cómic Como Alternativa Para Estimular La Lectura
Saludos a todos y cada uno de los lectores. Quisiera participar de este lugar, el cual considero una excelente plataforma para llegarle a ustedes, más allá del aula, en lo que entiendo que podría ser un aporte que enriquecerá a todos los compañeros estudiantes tanto de nuestra escuela, como de cualquiera que nos visite en este blog. Un tema que quizás sea controversial, porque puede que rompa un tanto con la idea que se tiene preconcebida de que para fomentar la lectura lo que hay que hacer es, siempre y exclusivamente, utilizar los textos de siempre, que, sin querer restarle méritos, por su valor histórico y cultural, pueden, quizás no ser tan atractivos a nuestros muchachos. La lectura es buena, ¡siempre es buena! y entiendo que, en nuestra misión de querer que los chicos sientan pertinencia a la lectura, es factible enamorarlos por los medios que estén a nuestro alcance.
No es menos cierto que nuestra generación de estudiantes es muy visual. Prefieren ver la trama de una película en cualquier plataforma de «streaming», como, por ejemplo, Netflix, Hulu, Disney+, entre otros que leerse el libro basado en la misma película que está consumiendo. No más ver como muchos pueden pasar horas largas viendo YouTube o cualquier red social de moda (¿Tik-Tok?) para evidenciar lo que trato decir. Con el continuo boom que tenemos de estos medios muchos podrían pensar que es extremadamente difícil que los muchachos quieran abrir un libro. ¿Leer? ¡Leer! Sí, esa acción que para muchos será un martirio. ¿Podríamos utilizar algún método alterno para romper con este pensamiento? Yo apuesto a que sí.
Por muchos años fui consumidor de paquines cómics. Me leía tanto las producciones de otros países, de super héroes que hacían hazañas asombrosas de casas editoriales monstruosas como Marvel, DC, Image, etcétera, como de producciones locales, en especial esas ediciones que se colocaban los domingos en El Nuevo Día, en donde podíamos observar a Tuta y Tita, Turey El Taíno y cómo olvidar a Paladín El Cacique, los cuales me hacían volar la cabeza. En días regulares en diversos periódicos del país teníamos a Condorito (directo desde Chile), El Profe, Olafo El Amargado, Garfield, Ziggy, Rabanitos (en inglés conocido como «Peanuts» donde salía Charlie Brown y el célebre Snoopy), en fin, un montón.
Todos estos trabajaban temas particulares que, si los desmenuzamos un poco, podemos darnos cuesta de detalles tales como, por ejemplo:
Tuta y Tita: Creado por la fenecida Nadia Martín. Exploraba los aciertos y desaciertos de tanto Tuta como de Tita, estudiantes que residían en Santa Rita, dentro de la vorágine universitaria de la UPR de Río Piedras. Un reflejo de lo que pasan los universitarios, en especial, bajo una perspectiva femenina altamente recomendado.
Turey El Taíno: Creación de Ricardo Álvarez-Rivón. En sus inicios un cómic de aventuras en donde contaba sobre la vida dentro un yucayeque de un nitaíno guerrero llamado Turey. Luego el cómic evolucionó a uno en donde se daban consejos y mensajes de motivación. Turey, como dato curioso, a veces rompe con el «four wall» y habla con el lector directamente y se enfrenta a choques situaciones de la vida real y de nuestro presente, con las que el vive (una ficticia época precolonial).
Paladín El Cacique: ¡Un superhéroe boricua! Creación de Nick Iannone. Paladín es esa respuesta de todo lo que queremos ser nosotros si pudiéramos ser un superhéroe por un día. Valiéndose de su tecnología y de un traje bastante original, se enfrentaba a J.T. De Luz (su archirival) junto a situaciones del día a día que se enfrenta la isla: criminalidad, abusos de poder, conflictos sociales, dándole de arroz y de masa a los que amedrentaban al débil y ayudando al necesitado.
Señalo a estos personajes puertorriqueños, porque entiendo que tienen su valor histórico, no obstante, en la actualidad existen autores del patio que siguen dando cátedra de lo que es dar un trabajo de calidad y de importancia. Puedo resaltar los aportes de Rosa Colón Guerra de Soda Pop Comics, que, junto a Carla Rodríguez, han apostado mucho al empoderamiento femenino y a anclar, por decirlo así, la escena del comic boricua aquí en Puerto Rico. El festival Tinteros es evidencia de ello. ¡Todos sus trabajos son una joya! Otra persona que quería mencionar es a Rangely «Rangy» García Colón de «De La Nada!», una propuesta divertidísima que toca temas de actualidad de una manera sumamente jocosa, cool, y sobre todo, atemperada a las generaciones actuales. ¡No hay freno con Rangy! Sus aportes los podrás ver por todas las redes sociales bajo el sello de Tripleta Studio. Al igual que ellas dos hay muchos más artistas locales que con una sencilla investigación en Internet podrás encontrar múltiples de sus obras. ¿Pero quizás te preguntarás, pero cómo es que la lectura de cómics puede beneficiar a los niños? Primero que todo, vamos a darle pertinencia a las cosas.
Por mucho tiempo se ha visto el dibujo como una destreza exclusiva al ocio. A perder el tiempo. El nombre de las personas citadas es ejemplo que ese pensamiento es totalmente erróneo. Al contrario, estos son personas que utilizan su arte para llevar un mensaje de poder. ¿El contenido del comic? Bien, en el caso de ambas trabajan problemas de actualidad. Pero todo cómic, en su mayoría, tiene algo que sirve para análisis y/o estudio. No podemos tratar de ser elitistas tampoco y pensar que el cómic para que sirva y estimule la lectura tiene que ser solamente de una manera: monótona, extremadamente inocente, «naive» como dirían los angloparlantes. Siguiendo una sola línea.
Es como todo. De la misma manera que existen películas «popcorn flicks» destinadas a que pagues una taquilla, comas la picadera del cine y te fututees $40 dólares de los bolsillos, donde no hay que ponerle mucho intelecto a lo que se está viendo, esto puede pasar en cualquier medio. No obstante, un detalle que tiene el comic, que destaca ante otro arte es que estimula al lector a muchas cosas tales como: El aspecto visual: Nuestra generación de estudiantes es visual. De eso no cabe duda. Cuando un texto está acompañado de un arte, el estudiante tiene una idea sobre el escenario en donde se está desarrollando el argumento, la escena o aventura. Cabe señalar que como solo son cuadros (y no lo digo de forma despectiva a sus obras), no tenemos que explicar cada detalle del lugar, sino que una imagen puede estimular al estudiante a pensar cómo debe de ser el ambiente dentro de ese mundo en donde se está desarrollando la historia. Argumento: Sobre cuál es la problemática que se enfrentan nuestros personajes. Muchos desconocen que en los cómics los personajes no son unidimensionales. Muchas historias son ricas en trama. Claro, unas más complejas que otras. Si tomamos como ejemplo las historias de Batman, estas son detectivescas, en donde tiene enfrentarse a un problema y buscar la solución al mismo organizando pistas que poco a poco descifrará llevándolo al desenlace. Obviamente, esto contrasta grandemente del Batman que hemos visto en el cine. La trama de los personajes va a variar de publicación en publicación.
De escenas del drama de escuela (Archie), detectivescos (Batman), con una crítica social brutal (Mafalda), el discrimen y miedo al que no es como nosotros (X-MEN), la unión de equipo para poder superar situaciones que consideraríamos grandes para nosotros (Avengers, Justice League), entre un sinnúmero más, está llenos los cómics.
El factor «¿qué pasará?»: La mayoría de los cómics son episódicos los cuales dejan a sus lectores en un «cliffhanger» es decir, que los dejará atentos esperando a ver qué pasará con su personaje favorito. Ejemplo, tenemos en los paneles finales del cómic a Spider-Man tratando de salvar a su pareja Mary Jane o a su tía May de una caída de un rascacielos, pero solo tiene telaraña para poder salvar a una de las dos. ¿A quién salvaría? ¿Por cuál se decide? Bien el lector se preguntará qué decisión sería la correcta. Cuestionará qué amor pesará más al arácnido: el amor de familia versus amor de novio/esposo. Ante esa situación el lector tiene que esperar a la próxima edición de para poder saber la decisión que tomará este superhéroe, pero mientras, tiene que maquinarse un océano de posibilidades, estimulando así la mente a posibles escenarios. Contexto histórico: Muchos de los personajes que vemos en los cómics y que son famosos hoy en día llevan décadas de creados y por ende, el génesis de estos están enlazados a un contexto histórico. Por ejemplo, tenemos como el Capitán América (Steve Rogers), no era otra cosa que un símbolo de lo que es el héroe de la milicia, dentro de la Segunda Guerra Mundial. Un super héroe, super soldado, fuerte, valiente, audaz lleno de simbología alusiva a la bandera estadunidense (las estrellas en el pecho, en su escudo, sus colores rojo, blanco y azul, etc.) que se enfrentaba a los horrores de la Alemania nazi. Los X-Men nacen en la década tumultuosa de los 1960s en donde tenemos el auge de los movimientos de derechos civiles. Los conflictos sociales (racismo, la opresión de las estructuras de poder, etc.) de la época y los movimientos civiles pueden ser un paralelo de lo que son los X-MEN (un grupo de chicos que en su juventud se le activa un gen que los hace ser diferentes a los demás. Los humanos los consideran una aberración y tienen que lidiar en un escenario donde la gente no los quiere por lo que son y no pueden evitar. Personajes que servirán como apoyo a estos se levantarán y servirán de guías como lo son el Charles Xavier (Profesor X) y Erik Lensherr (Magneto). Hay quiénes piensan que tanto uno como el otro son el equivalente a lo que sería Martin Luther King Jr. y Malcolm X y que los mutantes son el equivalente a ese sector oprimido negro y de otras minorías de la época. Así como estos ejemplos que mencioné, hay muchos más dentro de la gigantesca gama de cómics que existen. Todos responden a un momento, lugar y, en muchos casos, responden al contexto histórico que también viven sus creadores y guionistas.
Personajes no unidimensionales: Regresando al tema de los unidimensionales, podemos ver como en los cómics tenemos a muchos personajes que tienen que lidiar con problemas que van más allá de lo aparente. No son de ninguna manera simplistas. De hecho, la mayoría tienen que lidiar con situaciones personales que llevan a uno, como lector, a la reflexión. Ejemplo de esto puede ser cuando vemos a Peter Parker teniendo estrés sobre cómo lidiar una situación sentimental o con trabajos de la escuela que le afecta enfocarse en sus estudios y así poder desempeñarse de manera efectiva en su papel del vecino amistoso Spider-Man: el celebrado superhéroe de la ciudad de Nueva York. ¿Nos vamos más profundo? ¿Qué tanto marcaron las palabras de su tío Ben cuando poco tiempo antes de fallecer dijo que “con un gran poder conlleva una gran responsabilidad”? Otro ejemplo curioso es el de Batman y Superman. ¿Cuál es la verdadera identidad de él (Batman) realmente? ¿Acaso Bruce Wayne es realmente la máscara que lleva Batman? ¿Qué llevó a este caballero a tener un código moral de nunca
usar fuerza letal ante sus contrincantes? ¿Bruce Wayne, la persona, la esencia, acaso no murió cuando ultimaron a sus padres? ¿Su verdadera persona es realmente el protector de Ciudad Gótica? ¿Qué su yo real es el vigilante? ¿Estará Batman por encima de la ley? ¿Acaso Batman no está Batman tan desquiciado como el resto de su galería de villanos? ¿Probamos con Superman? ¡Dale! ¿Acaso Superman no se esconde bajo los lentes y se disfraza de Clark Kent? ¿Acaso Superman no puede vivir como un ser humano normal porque realmente su verdadero rol es ser el defensor de los débiles? ¿Por qué teniendo tales supremos poderes no ha optado por ser un villano? ¿Qué rol tomó la crianza de los Kent para que Superman sea el héroe y no el malo de la historia? ¿Acaso no es Superman símbolo de lo que todos queremos ser? ¿Ser rápido como una bala, super fuerza, poder volar, etcétera? ¿Acaso el no desearía tener una vida normal con sus padres y aquellos con quien él ama? Estas son simplemente interrogantes que un lector puede hacerse a la hora de leer en la medida que sigue adentrándose cada vez más en la vida del día a día de sus personajes.
En fin, lo escrito en este extenso artículo que con gusto he realizado para ustedes, es simplemente para plantear algunos elementos los cuales entiendo que dan razón para hacerle ver tanto a maestros, como padres y alumnos que apostar a los cómics es una excelente alternativa la cual es sumamente enriquecedora a la hora de enganchar al estudiante a una destreza tan importante como lo es la lectura. Que hay que salir de estos paradigmas en donde nos centramos en solo apostar en la lectura clásica o de ciertos autores selectos. No deseo con esto restar mérito a los autores célebres del patio o del universo de la lectura. Pero se debe de romper, ante todo, con ese cerco en que solo se puede hacer buena lectura, y obtener esa destreza, desde temprana edad, solamente si se escoge equis o ye autor. ¿Consejo de vida? ¡Consuma cómics! Que el estudiante lo consuma. Eso no le quitará como individuo, sino todo lo contrario: lo enriquece. Debemos invertir, en todo momento, en alternativas que atraigan a este sector que pasa por las manos de lo que es la escuela, por casi 12 años de su vida odiando leer, y destruir, de una vez y por todas, esa asociación estudiantil que muestra la lectura como un trago amargo, solo útil para no fracasarse en un examen. Porque uno no lee para pasar clases. Uno lee para cultivar la mente. Para cosechar de ese intelecto.
Quizás, leer de las hazañas de Superman, ver a Batman resolviendo las pruebas de El Acertijo o ver a Condorito caerse para atrás ante un chiste malo, valga la pena después de todo.
Maestro de Estudios Sociales
Esc. S.U. Antonio Rivera
Hoy, 24 de septiembre de 2020